sábado, 28 de noviembre de 2009

Lobos en la brisa - Premio de Poesía Universidad de Costa Rica 1996 -

Falto
en la luz gris del semáforo
en la sombra del gato
en el vino de fiesta

falto
en el puño de arena
que te lanzas a los ojos cada día
en el título de SE ALQUILA
que llevas en el alma

falto incluso en mi alma

en la página arrancada de los libros
en cada color disparado por la espalda
en lo desteñido de los muebles

falto en los ruidos de cubiertos
en las madres
en las casetas de los centinelas

en el agua como un componente químico
que neutraliza su veneno

en tu instinto de conservación
y en tu desnudez falto

en todas tus navidades
en el pájaro que cruza la calle
con la luz extinguida de tus amabilidades

soy un faltante más
un profesional del espacio vacío

tengo práctica en instalar mi olor en habitaciones
sin entrar

por fortuna por donde paso tengo muros
para apoyarme
ustedes saben de lo que hablo
yo solo enumero señales

en la amenaza y su escarabajo
en el pie del niño que destruye hormigueros
en la ropa del frío
falto

ustedes también en este momento
faltan en algún lugar

falto en los escombros de tu risa
en la temperatura de esa ciudad

falto en la Biblia que Dios editó
especialmente para vos

trabajo el doble para faltar puntualmente
a tus citas

las canciones aprenden de mí
el oficio de abandonarte

en las arrugas de la ropa nueva
en el preestreno de tus películas
falto

en la codicia
de los saqueadores de pirámides
que te roban oro y arcilla

pero sobre todo en el albañil que une ladrillos
en edificios que construís para sentirte
acompañada

en fotos de familia
y en la falsa ternura de sus sonrisas

ya ves
faltar es un arte
sobrar cualquiera sobra
estar proporcionado también

pero faltar con tanta precisión
en los colmillos del perro que te come el amor
sólo lo sé hacer yo.





Nunca duermo de ese lado de la cama

tu amor muerto no lo quiere ceder
se cree con derechos

es un campesino
al que despojaron de su tierra
y vuelve por las noches
a cultivarla.




LOBEZNOS

Lo que caminas descalzo
ya nunca lo olvidas.

°

No por otro motivo

juro que escribo
para envenenarte el alma.

°

Es un niño
aunque por las estadísticas
y el aspecto
podría ser un pájaro muerto.

°

Ahí donde algunos dejan basura
para que otros coman
yo dejo poesía
para disimular el olor.

°

Nadie aprende a volar
hasta que inventa un cielo.






Te acuerdas de aquel te quiero
que se me escapó una tarde
hacia la montaña

que lo seguimos con focos y perros
selva adentro
porque no nos gustaba perderlos

hoy tantos años después
apareció convertido en animal grande
crecido
con anillos
y colmillos
y largo pelaje

creció silvestre
amamantado
por la Madre Intemperie

un te quiero salvaje
sin adicciones sin adiestrar
matando gatos del barrio
pero en defensa propia

carcomido de águilas
pero con respeto

fuerte
cojea al caminar
pero vuela al correr

un te quiero afilado
que mata gallinas
y no sabe comportarse en la mesa

que si hace calor
fabrica su propio frío
para la noche

ya ves no es una bestia
para domesticar

una fiera con garras
en el alma
que es donde más peligrosas son

prefiere dormir con hambre
que comer zacate

necesita la soledad
la sangre del desamor cuando oscurece

la inseguridad de no saber si amanecerá
vivo o triste

por eso lame mis dedos
aúlla a mi luna
hizo madriguera en el estanque
y aceptó quedarse.

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